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Tradición desde 1573

1560:
La historia de la empresa Weyersberg, Kirschbaum & Cie (W.K.C) en Solingen tiene sus orígenes en la Edad Media, cuando en el año 1560 el herrero Johannes Wundes inscribió como marca registrada para espadas el primer símbolo de esta clase: la Cabeza de Rey.
Es, hasta el día de hoy,  una de las marcas comercial y de fábrica registradas de más antigüedad en Solingen.
 
1573:
En el siglo XVI, el arte de la forja de la espada ya estaba muy desarrollada en Solingen y en el año 1573, Wilhelm Weyersberg, antepasado de los fundadores de WKC, fue nombrado alcalde de Solingen.
En esta época ya había entrado en funcionamiento el “Método Solingen”, un tipo de división del trabajo que estaba organizada por gremios. Esto implicaba que, por ejemplo, la forja, el templado y el pulido de las hojas no eran llevados a cabo por un mismo artesano, sino que los distintos procesos estaban estrictamente separados. Gracias a esta especialización, Solingen adquirió rápidamente prestigio por sus excelentes hojas.
La calidad de las hojas era tan reconocida y apreciada que el nombre de “Solingen” pasó a ser una marca renombrada a nivel internacional.
 
1850:
En tiempos de la Industrialización la familia Weyersberg tuvo un papel primordial en el desarrollo de la producción y el comercio de y con hojas en Solingen.
La invención en Inglaterra de un cilindro forjador de hojas contribuyó definitivamente al éxito. Fritz Weyerberg compró la patente y el cilindro fue instalado por primera vez en Solingen. Con esta máquina la producción de hojas se dobló, a la vez que se reducía el tiempo necesario para la producción.
 
1854:
Al mismo tiempo, otra familia en Solingen estaba adquiriendo gran influencia: la familia Kirschbaum, la cual había adquirido gran prestigio a nivel mundial comerciando con hojas de Solingen. De esta época procede la segunda marca registrada de la empresa WKC, el Casco de Caballero.
 
 
 
1883:
En 1883 las empresas Weyersberg y Kirschbaum se fusionaron y fundaron Weyersberg, Kirschbaum y Cie. (WKC), que pasó a ser la empresa más fuerte en Solingen. Las dos marcas, la Cabeza de Rey y el Casco de Caballero, se convirtieron en el símbolo que representa la calidad de los productos de WKC.
En el año 1900 el número de empleados había aumentado a 1200 y la producción de hojas se amplió a la fabricación de armas y piezas para bicicletas y motocicletas. No fue una coincidencia que los dos primeros teléfonos de Solingen, con los números 1 y 2 pertenecieran a la empresa Weyesberg, Kirschbaum & Cie.
WKC fue consolidando su liderazgo en el mercado internacional de armas blancas y suministraba en todo el globo a clientes con innumerables hojas, bayonetas, sables y dagas así como otros productos de metal. WKC producía más de 100.000 hojas para sables al año y proveía también a otras empresas, como por ejemplo Wilkinson Sword en Inglaterra, la cual fue fundada con la ayuda del Sr. Kirschbaum, dueño de WKC.
Muchas de las armas blancas de esta época se encuentran expuestas en museos en todo el mundo.
 
1922:
En 1922 WKC fue adquirida por la empresa Siegen-Solingen Gußtahlverein, la cual fue llevada al cierre durante la recesión mundial. Pero el nombre WKC seguía existiendo y gracias a una clientela fiel se fue recuperando.
Entre 1933 y 1945 la empresa WKC volvió a recuperar su posición entre los más importantes proveedores de armas blancas y se convirtió en uno de los más importantes suministradores de sables para el ejército alemán.
 
1944:
En el año 1955 empieza la más reciente historia de WKC. Hans Kopling, exitoso industrial productor de cuchillos de alta calidad de Solingen, compra la empresa WKC, la cual se había establecido de nuevo en el antiguo edificio de la Wittkullerstrasse y que inmediatamente después de la segunda guerra mundial se había dedicado a la producción de pistolas. Hans Kopling cesó la producción de pistolas y se dedicó exclusivamente a la producción de armas blancas, el fuerte de WKC. Se instaló un sistema de grabado y damasquinado propio y la forja de tubo volvió a entrar en funcionamiento. En Marzo de 1955 salieron los primeros sables de WKC en dirección a Korschenbroich.
Los primeros grandes pedidosl llegaron de los EEUU, especialmente de la Marina y de los Marine Corps. En esta época WKC tenía una plantilla de aproximadamente 50 empleados.
Hans Kolping siguió ampliando la oferta y ya no sólo proveía a sus clientes de armas, sino también de accesorios para uniformes.
 
1989:
Con la compra de la empresa por parte de la familia Willms en los años 80 empieza una nueva era para WKC. Pasa a manos de Margard Willms, pareja de Hans Kopling. Tanto ella como su hijastro Joachim Willms, invierten en el saneamiento de lo que había sido el edificio original de la empresa en el siglo XVIIII y en maquinaria moderna.
 
1995-2015:
En el año 1995 André Willms se hace cargo de WKC y allana el camino para el futuro de la empresa. Se ganan muchos clientes nuevos, de manera que en la actualidad la empresa suministra a más de 80 países y a todos los continentes a lo largo y ancho del globo. Actualmente más de 30 artesanos, entre ellos espaderos, grabadores y pulidores y otros artesanos se encargan de producir a mano más de 600 modelos distintos.
Aparte de las armas blancas tradicionales también se producen y comercializan accesorios para uniformes.
WKC es una de las pocas empresas del sector que está certificada con DIN ISO 9002.
Son más de 25.000 armas blancas al año con las que WKC suministra a Ministerios, distintas autoridades, academias militares de renombre así como también a sociedades de tiro y collecionistas. Entre los clientes satisfechos se encuentran también casas reales y diplomáticos.
 
Misión:
Nuestra misión sigue siendo la conservación de la empresa, así como de la manera tradicional de trabajar y de los puestos de trabajo para las generaciones venideras para así poder asegurar también en el futuro la manufactura de los productos de calidad de WKC.
Para esto dependemos de Ustedes, nuestros clientes, a los cuales guardamos fidelidad desde la Edad Media.